Cambia la actividad y también el perfil de los recursos humanos
La pandemia y la explosión del e-commerce impactaron sobre la demanda de personal tanto operativo como de gestión de la logística. Expertos, consultores y académicos delinean las competencias del nuevo profesional.
En paralelo a la escena de aislamiento que trajo consigo la pandemia de COVID-19, los negocios también registraron un cambio sin precedentes, con la explosión del comercio electrónico. En ese sentido, con un 79% interanual, nuestro país tuvo el raro privilegio de mostrar el mayor incremento en las ventas online del que se tenga registro a escala global.
“La pandemia disparó y estresó principalmente al sector de la logística y la supply chain. El stress que se produjo tuvo dos dimensiones evidentes, con la necesidad de acompañar la demanda tanto con eficiencia como con satisfacción del cliente al que, ahora, a diferencia del pasado, no les quedaba otra que comprar online y que migraba de comercio preferido por deficiencias en la calidad.”
Las palabras de Juan Pablo Cosentino, experto del Centro de Industria 4.0 de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral y gerente de Desarrollo de Negocios de IoT en Telecom, sirven de preámbulo, para afirmar sin dudas que el rubro sufrió un salto obligado en la transformación digital y en la búsqueda de una mejor eficiencia y una mejor experiencia, para asegurarse espacio en la pugna por los clientes.
“Hoy, los que antes eran deseos o planes a futuro, ‘cuando el país esté mejor’, se aceleraron. Esos cambios que se sucedieron por ejemplo en el área de la trazabilidad llegaron para quedarse y seguir creciendo fuertemente en los próximos años. Todos los informes que vemos, de Bell Labs Consulting, IDC o Statista, ponen a la trazabilidad, que incluye obviamente a la logística y la supply chain como vertical en el top 3 de crecimiento”, explica.
Mientras tanto, los costos por pérdida de trazabilidad en puntos intermedios y, por ende, incertidumbre en el plazo de entregas se siguen sucediendo prácticamente sin solución de continuidad. De ahí que muchas entregas, sobre todo las destinadas al interior del país, tengan tan elevada dispersión entre la fecha estimada y la real de llegada. Lo propio ocurre por fallas de desconexión entre los centros de distribución intermedios y la última milla.
Pero además de tecnología, para resolver esta demanda se necesitan recursos humanos capaces de aprovecharla. “Los ingenieros siguen siendo los más buscados, aunque también se incorporan licenciados en administración y sistemas. Con el auge de Analytics y Big data, las compañías también están buscando perfiles de estas especialidades. Además, cada vez más buscan habilidades asociadas al análisis e interpretación de datos, lo mismo que gente que pueda liderar y conducir grupos”, observa Gustavo Di Capua, consultor de Di Capua & Ochner y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG).
En ese sentido, el especialista analiza que hay buena disponibilidad para los perfiles clásicos pero menor para el nuevo de ejecutivo de supply chain con habilidades relacionadas con datos, liderazgo y multiplicidad de canales de distribución. “La pandemia cambió el escenario y las compañías tuvieron que adaptarse. Los tiempos se acortaron pero el profesional argentino suele ser muy flexible y rápidamente se pudo adaptar a la situación”, precisa.
La visión de los reclutadores
En este momento, explica Leticia Turco Greco, directora de Felicis Recursos Humanos, “las búsquedas suelen volcarse a ingenieros industriales o licenciados en administración de empresas con experiencia en el área. También son de relevancia los posgrados o formaciones profesionales que tengan que ver con logística y que completan el perfil profesional. Con respecto a los puestos técnicos, si bien es valorada la formación académica, sigue siendo de mayor relevancia la experiencia profesional en el área”.
En ese sentido, la reclutadora advierte, como indispensables, las habilidades de manejar los canales digitales para el procesamiento de la información, herramientas de cálculo, proyecciones, planificación y planeación, junto con conocimientos propios de las normas de calidad y la industria de la que se trate, lo mismo que de automatización de procesos e informática industrial.
En cuánto a habilidades blandas, señala como fundamental que el profesional cuente con visión estratégica del negocio en el que esté trabajando, la capacidad de lidiar y resolver en entornos ambiguos y cambiantes, lo mismo que de pensar de manera creativa e innovadora la resolución de problemas. También, que se encuentre orientado a los resultados y a la acción, y que tenga comprensión interpersonal para entender la importancia de la experiencia del cliente.
Al respecto, señala que “hay disponibilidad aunque no diversidad”. Desde su óptica, el de la logística “suele ser un ambiente muy cerrado para el género femenino y por industria. Cuesta mucho lograr que las empresas acepten personas con experiencias diversas en otro tipo de industrias”. Por ello advierte que se complica la disponibilidad de perfiles “cuando los requisitos para cubrir el rol se vuelven demasiado herméticos y poco flexibles”.
Como la pandemia aceleró de manera exponencial el desarrollo de las áreas de logística y Supply Chain y el e-commerce tuvo un desarrollo disruptivo que transformó la naturaleza de los negocios, la especialista vislumbra una tendencia clara. “Se va a requerir progresivamente profesionales cada vez más especializados en tecnología y digitalización, con alto conocimiento de procesos automatizados e internet industrial para la aplicación en el negocio”, sostiene.
Guillermo Testorelli, consultor asociado a Logyt Sudamericana, confirma que hay cada vez más pedidos de diferentes áreas de Supply Chain, desde las áreas de compras y administración de almacenes hasta planificación y customer service. “En general, se buscan perfiles universitarios pero con experiencia en el sector, que son difíciles de conseguir, sobre todo en el interior del país”, analiza.
La visión de las universidades
“Los profesionales tanto técnicos como licenciados en Logística tienen una gran demanda, que el escenario global actual incrementó, poniendo sobre la mesa que se trata de una actividad estratégica, ya que las empresas obtienen mayor rentabilidad en acordar con sus proveedores, prestadores de servicios y clientes, y porque compiten con otras cadenas de suministros”, ilustra Damián Múgica, coordinador de la carrera de Logística de la Universidad de Belgrano.
A su juicio, “el licenciado en logística es elegido ya que tiene la capacidad estructurada de cumplir con el proceso y la flexibilidad para adaptarse a las situaciones cambiantes. La disciplina requiere cada vez mayor especialización, entender el negocio, saber planificar y la visión que tiene tanto sobre la demanda como de toda la cadena de suministros. Son perfiles con formación tecnológica, capacidad de análisis y mejora en los procesos, así como capacidad de planificar la operación y entender el rol fundamental de la satisfacción del cliente”.
Al respecto, el coordinador académico sostiene que “estas nuevas disciplinas nos exigen dar respuesta a la formación de nuevos profesionales, con programas que respondan a la realidad que van a enfrentar. Nosotros formamos más de 500 técnicos universitarios en logística desde el 2011, y somos precursores en la formación de licenciados en logística integral desde el 2017. De hecho, en el presente año las solicitudes de ingreso aumentaron más de 50% respecto del año anterior, no sólo de distintos lugares del país, sino también de Uruguay, Chile y Ecuador”.
Daniel Suárez Anzorena, director del Centro de Industria 4.0 de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, coincide en que, en este contexto, lo perfiles profesionales más buscados son los que integran diferentes aspectos clave. “Por un lado, habilidades de gestión y visión por procesos, experiencia en operaciones pero con una fuerte orientación a la toma de decisión basada en datos”, puntualiza.
“Por otro lado, se requiere el conocimiento de tecnologías de información y de operaciones que ayuden a mejorar y potenciar esa gestión. Esta incorporación de tecnologías sobre una buena base de gestión permite una mayor agilidad en la toma de decisiones, en la medida que se tiene visibilidad a lo largo de la cadena y una mejor coordinación entre los actores que la componen”, opina.
No obstante, admite que perfiles con capaces de integrar habilidades de gestión y digitales no son lo más sencillos de conseguir. “Desde la universidad hemos observado una demanda creciente en cursos de formación relacionados, tanto en operaciones como en las verticales tecnológicas. Entre ellos, ha crecido la matrícula de la Maestría en Gestión de Operaciones, Logística Integral, Última Milla. También creció la inscripción a la Maestría en Ciencias de Datos, Programa de Industria 4.0 y otros programas relacionados”, completa.