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Blockchain: una autopista más eficiente para el comercio exterior

Crece el interés en la aplicación de esta herramienta tecnológica en las operaciones de exportación e importación en la totalidad de sus secuencias, sin intermediarios, con mayor rapidez, menores costos y más seguridad.

Más temprano que tarde advierte su llegada la tecnología blockchain al comercio exterior, prometiendo impactar positivamente en la optimización de las operaciones del sector. Como toda innovación, los actores involucrados en las transacciones comerciales miden ya los beneficios traducidos en cifras contundentes referidas al ahorro de tiempos y de costos, no solo de los visibles, sino muy especialmente de los ocultos (tiempos muertos de carga y descarga; eventuales demoras en la distribución o contingencias de índole laboral, por ejemplo) causantes de la ineficiencia e incertidumbre que dilatan las operaciones y encarecen los diversos tramos de la cadena.
Esa pérdida de productividad ha sido relevada y difundida con resultados seductores si se avizora una nueva herramienta salvadora. Ante un comercio exterior en el que uno de cada cinco dólares del costo logístico se gasta en papeleo, los analistas advierten que evitándolo se reducirían drásticamente los tiempos y que la actividad podría incrementarse en un 15 por ciento anual en todo el globo.
Entre esos estudios, la Comisión Económica para Asia y el Pacífico de las Naciones Unidas (Cespap/Unescap) dio a conocer que en operaciones de comercio exterior sin papeles las exportaciones podrían incrementarse anualmente en el mundo en 257.000 millones de dólares, en tanto el tiempo promedio para exportar se reduciría entre un 24 y un 44 por ciento, y los costos para embarcar de un 17 a un 31 por ciento.
En cuanto al escenario en la Argentina, en un informe del Banco Mundial que mide la performance logística se indicó que una exportación promedio demora 51 horas (4 días), tiempo que lleva cargar la documentación y cumplir con los trámites aduaneros, con un costo aproximado de 210 dólares. Acerca de las importaciones, se mostró que la demora en documentaciones y procedimientos insumen 252 horas (10 días) y redundan en un costo que trepa a los 1400 dólares.
Ecosistema
Ante esa realidad, blockchain aparece provista de «una tecnología colaborativa, compartida, inviolable y trazable en cada uno de sus registros. Se trata de un acuerdo entre partes para compartir un protocolo a lo largo de una cadena que termina por convertirse en un ecosistema que involucra a organismos intervinientes, aduanas, cargadores, despachantes, transportistas, forwarders, terminales, navieras, bancos y aseguradores», destacaron los organizadores del primer Business Chain Forum: Blockchain + Comex, realizado este mes en el Planetario Galileo Galilei de la ciudad de Buenos Aires.

Así, entrelazados todos los actores se impide el hackeo, como sucede con las actuales prácticas. En consecuencia, se dijo en ese ámbito que esta inédita articulación representa una fórmula que podría sintetizarse en «confianza versus incertidumbre», y eso «les otorga a las pymes la certeza deseada en sus operaciones», señalaron directivos empresarios como beneficio e impacto del cambio que se avecina.
Entre ellos, María Laura Filippello, gerente general de Maersk Line, advirtió que hoy las operaciones de comercio exterior «se realizan de un modo desorganizado» con la intervención de «cien personas comunicadas en una operación que muestra más de 200 interacciones». En cambio, la tecnología blockchain ofrece a futuro «simplificar el comercio global con una autopista donde se comparte información en un marco de seguridad y viabilidad», dijo.
Confianza compartida
Los ejecutivos que acreditan experiencia en esta irrupción tecnológica coincidieron en diferenciar entre «lo digital, que no es confiable, porque se puede cambiar, y el blockchain, que se caracteriza por su inmutabilidad, con registros inalterables e imborrables», como recalcó Gonzalo Bloussón, de la plataforma Signatura, durante la jornada que compartió con más de un centenar de mujeres y hombres de negocios, además de académicos y autoridades del gobierno porteño en un clima futurista acorde con el renovado Planetario.
En ese ámbito, María Munaro, responsable de blockchain para IBM en la Argentina, también mencionó los beneficios de esta tecnología, al remarcar «que es un registro compartido de transacciones seguras, ya que tiene privacidad y una visibilidad apropiada, porque solo se pueden ver las operaciones que nos competen y ninguna otra».
Además, la ejecutiva puntualizó acerca de la «confianza de los garantes en que, si se agrega algo, tiene que ser aprobado con el apoyo de todos; las transacciones tienen endosos verificables de participantes relevantes», subrayó.
«Blockchain aborda los retos subyacentes inherentes a la colaboración», agregó Munaro, y apuntó que este sistema de registros compartidos en la red es un «contrato inteligente» en cuanto a los «términos de negocio ejecutados con las transacciones».
El factor cultural
Enfrentar el desafío de reacomodar todas las piezas para mejorar rendimientos y ganancias mediante una nueva forma virtual de negociar conlleva un proceso en el cual prima el factor cultural, que es el tiempo que lleva la internalización de este nuevo paradigma en la cosmovisión operativa. Así, se destacó el ambiente global que investigó blockchain en comercio exterior, calificando a la tecnología disruptiva como la máxima revolución desde la introducción del contenedor.
En ese sentido, el sector privado se enfrenta entonces al desafío de convertir este paradigma en un estándar industrial y general, y no en una simple solución informática para fidelización de clientes.
La criptomoneda
A partir de la aparición del blockchain, «la internet del conocimiento, como la llamábamos, pasó a ser la internet del valor», enunció Gabriel Kurman, de RSK Community, director y cofundador de Smarter Bitcoin, quien comentó que en 2008 esa tecnología tuvo su primer activo de uso con el bitcoin, la criptomoneda digital utilizada como sistema de pago y mercancía.
Kurman especificó que «bitcoin es un protocolo y red P2P que tiene cálculos muy complejos que no se pueden romper», y enfatizó que la tecnología blockchain «puede resolver los problemas de seguridad que suponen los intercambios descentralizados entre iguales».
Agregó que esta es «hoy una red de 10.000 servidores alrededor del mundo», y amplió que el bitcoin «accede al mercado de valores y activos digitales de cualquier tipo, pudiendo ser registrado en esta tecnología, por ejemplo, para licitaciones y compras públicas sin alterar pliegos».
Para redondear sobre la conveniencia de esta tecnología, recordó que fue apodada «the trust machine» (la máquina de la confianza), en la revista The Economist, en la cual se ponderó su capacidad para crear confianza en las redes de negocios, en las cuales la transparencia de su registro público está asegurada por la criptografía.
Kurman no dudó en afirmar que esta tecnología «va a revolucionar un montón de industrias y ya está en marcha».
En cuanto al comercio exterior, dijo que «va a cambiar y mucho», y enumeró que será efectiva la manera de saber «cómo se maneja la información con depósitos fiables; cuándo llega un barco y la mercadería; contar con un dinero programable, y penetrar nuevas tecnologías para programar los distintos hitos que van ocurriendo».
Coincidió Pedro Urdapilleta, de Gate-In Servicios Portuarios, en que blockchain «cambiará el mundo del shipping para terminar con la incertidumbre de que una operación empiece en un punto y no podamos saber bien cómo terminará y qué pasará en el medio. Esta tecnología, por ejemplo, permite el pago al cliente en tiempo y forma, porque es inmutable, transparente y sin terceros, para que el contrato se ejecute».
Así, en tiempos de internet de las cosas (IoT) y progresivos avances tecnológicos, el comercio exterior también avanza y se actualiza.
Nota publicada en La Nación el pasado 15 de junio.

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